Los Toros de la Llanura pasan la escoba y están en la gran final (+ Fotos y Video)

Fotos: Heriberto Valdivia Jiménez
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Quizás el peligro de una Tercera Guerra Mundial sea primer titular en casi todos los medios de prensa del mundo, pero póngale el cuño que en Camagüey esa noticia pasa desapercibida pues en esta tierra ahora mismo existe un solo tema de conversación: la pelota.

El fenómeno es tan grande que hasta los que en su vida no han dedicado ni un segundo a ver este deporte, se comen las uñas delante de un televisor y no pueden explicar su alegría por algo que para ellos era irrelevante.

Los Toros de la Llanura se clasificaron a la gran final de la pelota cubana tras pasarle la escoba al equipo de Industriales, en un play off que muy pocos vaticinaban a favor de los agramontinos.

Este siete de enero, aunque el hipotético último juego de la eliminatoria estaba pactado para las 8:30pm, el estadio Cándido González tuvo que cerrar sus puertas alrededor de las cinco de la tarde, pues ahí no cabía un alma más y afuera aún quedaba otro estadio por entrar.

La afición camagüeyana hizo temblar el graderío cuando por el audio local se presentaba a sus muchachos minutos antes de comenzar el desafío y al ritmo de Rumbatá bailaron, gritaron, aplaudieron y gozaron cada turno al bate.

El juego, ¡qué digo juego! El juegazo de pelota estuvo matizado por un soberano duelo de pitcheo entre dos de los talentos jóvenes más grandes del béisbol cubano: Yariel Rodríguez por los Toros y Bryan Chi por los Leones.

El Gallero de San Serapio con rectas alrededor de las 93mph sostenidas y una slider encendida permitió poco a la tropa azul en ocho entradas, en las que además propinó siete ponches. Un jonrón de Frederich Cepeda y un hit de Alberto Calderón con un hombre en segunda pusieron a ganar los capitalinos, mientras Chi hacía lo que quería en el ruedo.

Un error de Oscar Valdés abrió las puertas del home al descuento agramontino y par de entradas después los Toros embistieron otra vez los veloces lanzamientos de Andy Rodríguez, la mejor carta de triunfo de Rey Vicente Anglada en el torneo, para darle un vuelco al marcador.

Con la pizarra 3×2 a favor de los locales el mentor camagüeyano no quiso casualidades y trajo a cerrar el partido a nada más y nada menos que a Lázaro Blanco, el mejor pitcher de los últimos años en la pelota cubana. Pero como el béisbol es como es, un boleto a Yoandry Urgellés puso el empate en primera, en las piernas del corredor sustituto Dayron Blanco. Para darle más dramatismo al asunto el emergente Wifredo Aroche disparó una fortísima línea cerca de la línea de la tercera almohadilla, sin embargo, los felinos reflejos del ahora antesalista Alexander Ayala pusieron el punto final del encuentro y convirtió el Cándido González en un manicomio.

Lo cierto es que hoy por cuanta esquina se transite en Camagüey solo se escuchan términos beisboleros y desde ya los aficionados comienzan a “comentar” las claves para derrotar a su rival en la final. Hoy Camagüey es todo béisbol y es lo único que importa, aunque en el Medio Oriente suban las tensiones.

 

 


Estudiante de Periodismo de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte. Fan de los deportes, el cine y la música cubana. Catcher del equipo de softbol de la Prensa de Camagüey, actualmente los subcampeones de Cuba. Encargado de realizar los materiales televisivos en Audiovisuales Príncipe, Grupo de Comunicación de la Oficina del Historiador de la ciudad de Camagüey.
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