No podría ser fiel a mis principios como aprendiz de periodista sin recordar a uno de los hombres que más admiro por su pluma y justeza; valores que todo profesional de la palabra debe llevar como escudo.
Fue en 1892 que salió a luz, el primer número del periódico Patria, creado por Martí. Este medio se convirtió en vocero de la guerra que acuñó de necesaria y evidenció, además, la expresión más elevada de su fecunda labor periodística. Desde 1992, en Cuba, se instituyó esta fecha para honrar a todos los profesionales que como Martí; recorren el complejo camino de llevar la información como arma de una verdad necesaria.
Sobre una cima erigida en tres pilares se encuentran los inquietos y sensibles seres humanos que apuestan por este arte que se convierte en ciencia. Ellos necesitan investigar para informar, contrastar para orientar y vivir para educar. Cual Martí en pleno siglo XXI van más allá de fronteras o dificultades, encuentran en lo simple una verdad que enchina la piel, comparten una historia que hace suspirar; y critican con tanta fe que logran atrapar a seguidores y no tan adeptos de lo que plantean.
El espíritu de cada ciudad que cuenta una historia, enamora con un toque sensual a hombres y mujeres que pretenden dibujar cual instantánea los colores de una realidad que debe ser plasmada. Camagüey, es una de esas urbes de encantos que en cada amanecer convoca a ser admirada.
Por eso cada sonido, palabra e imagen van dedicadas a enaltecer esa historia que cuentan adoquines, iglesias, plazas y parques; tinajones y personas que siguen convirtiendo el tiempo y la memoria, un motivo para seguir haciendo Periodismo.
A todos los profesionales que no se detienen en este hacer que se torna adicción, a los que hablan con el corazón, a los que sorprende un nuevo amanecer frente a la cuartilla retadora, para los que no existe hora ni momento transmitiendo el alimento necesario que nutre el alma: Muchas felicidades.