Diversos proyectos culturales ocupan el tiempo y colman la alegría de los niños en el Camagüey. Este día mundial de la infancia mientras en otras latitudes hay guerras, epidemias o simplemente pocos honran la fecha, para los niños de la Ciudad de los Tinajones cada año una gran fiesta cultural llena su día.
Este primero de junio, la pandemia provocada por el virus Sars Cov-2 mantiene a los pequeños en casa, por lo que su celebración quedará pospuesta, como el curso escolar y otras actividades, porque si un derecho tienen la niñez en Cuba es a la salud, ahora nada es más importante que protegerlos para que se mantengan sanos.
La OHCC y los niños
No son pocos los proyectos que la Oficina del Historiador desde su gestión cultural, ofrece a los niños, aunque el de las diversas manifestaciones artísticas: Arlequín, es el más conocido, también están los de artes plásticas en la galería, el de Rumba y Punto Cubano en la Sala de Conciertos y las Aulas Patrimoniales, que ofrecen conocimientos de la historia local.
En sus encuentros, además de aprender a apreciar las artes y los valores históricos-patrimoniales de nuestra querida ciudad, se divierten, juegan y hacen de la actuación un disfrute.
Historias músico -danzarias
Hace algún tiempo me encontré con una de las niñas bailarinas de Arlequín, (Dayanis) quien creció entre la conga y el son y hoy da continuidad a su pasión por la danza en una agrupación para jóvenes, aunque aún extraña su primera actuación ante el público; agradece infinitamente todo lo que su querida escuela de baile le aportó.
Otra historia es la de Jessica Pulido, una ex–bailarina del Conjunto, que formó parte del elenco desde muy pequeña hasta los 19 años, actualmente continúa bailando en una compañía en el balneario de Varadero y dice que aquí están sus primeros pasos en ese camino, su agradecimiento es eterno al profesor y la Oficina, que la tomaron de la mano y marcaron su destino.
Ignacio Acosta (Nacho) da nuevos pasos aprendiendo a tocar la guitarra en el proyecto Rumba y Punto, ya son varios temas musicales los que nos regala con sus cuerdas, entre los que prefiere “la calabaza” y “la caldosa”, pero sobre todo añora el regreso a las clases presenciales en la Sala de Conciertos, porque dice que comparte con otros niños de su edad y se divierte, mientras perfecciona el trabajo junto a su instrumento.
Este niño tan sensible entorna sus ojitos y un brillo especial se le escapa, para asegurarme que cuando regresen a la normalidad va a sorprendernos con un regalo musical.
La Oficina del Historiador, con sus proyectos artísticos, cumple los sueños de quienes disfrutan de la cultura, mientras crecen apreciando lo más bello de sus tradiciones e historia.
Feliz día
Aunque la pandemia por ahora los mantenga alejados de su pasión artística, del juego y de la escuela, quienes los hemos visto bailar, pintar, dramatizar un hecho histórico o cantar en cualquier escenario del Camagüey, podemos decir que los niños de esta tierra, como en el resto de la isla, viven una infancia feliz, disfrutan de sus derechos y en un día especial como este, pueden pintar en el cielo su arcoíris, con los bellos colores de la paz, la esperanza y la salud.