El medioambiente es el amigo cómplice que nos provee vida y esparcimiento sano. Junto a él crecemos, nos hacemos hombres y mujeres; decidimos si apostar por un mundo verde o por uno donde el gris contamine el paisaje.
Durante estos días de aislamiento social, hemos experimentado sentimientos encontrados por no poder realizar la acción práctica que desarrolla nuestra conciencia y nos vuelve humanos; pero han pensado cómo los animales y plantas agradecen un tiempo sin la intervención agresiva del ser humano…
Según varios medios de prensa los delfines regresaron a los canales de Venecia, las tortugas marinas volvieron a las playas a poner sus huevos, un cerezo milenario regaló sus flores después de varias décadas sin mostrar tan bello panorama; y así un sinnúmero de ejemplos que nos recuerdan el desacertado actuar de nuestra especie.
La naturaleza no deja de regalarnos un patrimonio natural que impresiona; nos demuestra a diario que más que protagonistas somos un complemento de su asombroso resultado.
Por eso hoy que se celebra el día mundial del medioambiente en condiciones diferentes; pensemos cómo actuar en lo adelante, cuáles serán las metas que propondremos para hacer del planeta y su entorno una casa grande donde todos tengamos cabida, en armoniosa convivencia.


