Hace mucho tiempo que los personajes teatrales del proyecto “El patio de mi casa” habían quedado en silencio. La instructora Laura Varona Lazo los trae de regreso ante el tedio del confinamiento por la Covid 19; pero ahora desde el portal de su casa en la barriada de la Vigía.
Motivaciones
Fue el llamado de su amiga Ana María, la madre de una niña de la enseñanza especial, que ante el aislamiento social no encontraba una actividad propicia para llenar las horas de Laurita.
Así, la profe de teatro desempolvó sus personajes y las habilidades con el paper maché para confeccionarlos y algunas tardes fue a enseñar a la niña dejándole tareas. Mientras se despertó la añoranza por los juegos, sus muñecos y creó un rincón en su portal, junto a su nieta Kamila y algunas vecinas que se fueron sumando.
Descubre su arte
Al pasar en las noches y ver el colorido rincón, la vecina de al lado, Celia Aguilera, regresa a la infancia y recuerda cuánto le gustaba pintar y decorar objetos reciclados, así con pomos plásticos en desuso, tapas y recortes de materiales diversos; se une a esa iniciativa de barrio para espantar el tedio, hacer algo útil y divertido.
La Profe
Dice sentirse útil mostrándole algunas técnicas manuales a las niñas, así aprovechan el tiempo mientras aprenden algo nuevo y se divierten, pues están todo el tiempo en función de la creatividad. Las ideas van y vienen y caballitos de palo, cerditos con ruedas y camitas para las muñecas van tomando forma.
Cuando haya más juguetes terminados quieren hacer una valija y regalarlo a los niños de comunidades alejadas, para pintarle alegría a su cuarentena y ver sus creaciones en buenas manos.
También objetos utilitarios y decorativos han nacido en el portal de Laura, garrafas de agua se trasforman en porta lápices, sonajeros, lámparas, maceteros para plantas, adornos florales y papeleras.
Se reinventa
Por eso creo en la razón de muchos creadores que ante la amenaza de la Covid-19 reinventan su arte y lo ponen en función de la sensibilidad humana, tan necesitada de un asidero para soportar la lejanía de la vida social y poner a los días colores, como estos que se mezclan en la galería de la profe Laura.


